Indignación con la nueva normativa de medicamentos veterinarios
El tema que tratamos hoy no tiene nada que ver con la joyería, pero si con nuestros perros y gatos y el trato que se merecen.
Desde que se anunció la entrada en vigor del Real Decreto 666/2023, el malestar en el sector veterinario no ha hecho más que crecer.
Lo que en principio era una medida para controlar el uso de antibióticos en animales, se ha convertido en un quebradero de cabeza para veterinarios y usuarios.
¿Cómo afecta esto a los peludos?
Veterinarios de toda España están denunciando que esta normativa:
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Les impide actuar con rapidez en situaciones urgentes.
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Les ata las manos en decisiones clínicas fundamentales.
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Les obliga a dedicar horas a trámites en lugar de atender a sus pacientes.
Y lo peor: nuestros compañeros sufren las consecuencias.
Casos en los que un tratamiento inmediato podría haber salvado una vida, se ven paralizados por la burocracia.
En muchas clínicas ya se han vivido escenas desgarradoras: animales que no pueden esperar, y profesionales impotentes que no pueden actuar como saben que deberían.
Tu firma puede marcar la diferencia.
Miles de veterinarios están alzando la voz. Pero necesitan nuestro apoyo.
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Tu firma puede salvar vidas. Porque ellos no pueden esperar. Porque ellos no pueden hablar. Pero tú sí.

¿Qué está pasando exactamente?
Este decreto, que transpone una normativa europea (Reglamento UE 2019/6), impone un sistema muy rígido para la prescripción, dispensación y administración de medicamentos veterinarios, especialmente antibióticos.
Las medidas más controvertidas incluyen:
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Registro inmediato de las prescripciones en el sistema PRESVET.
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Restricción del criterio clínico: a menudo se exige un cultivo y antibiograma antes de poder tratar.
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Prohibición de recetar ciertos medicamentos sin requisitos previos que demoran la atención.
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Imposibilidad de ajustar dosis exactas: hay que comprar envases completos.
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Multas elevadas por cualquier desviación del protocolo, incluso en casos de emergencia.
¿Qué piden los veterinarios?
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Que se revise la normativa urgentemente.
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Que se respete su criterio clínico profesional.
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Que se priorice el bienestar animal sobre la burocracia.
- Que se confíe en quienes se han formado para salvar vidas, no en procedimientos que solo retrasan la atención.